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Editorial La Prensa 3 de junio.

TRAS más de dos siglos del aumento de la concentración de dióxido de carbono en nuestra atmósfera, la recuperación de los daños causados ​​pende de un hilo

La decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de retirar a su país de los acuerdos de París para combatir el cambio climático es un acto de egoísmo y miopía que condena a la nación que representa al ostracismo internacional y a la pérdida de liderazgo.

Ningún gobernante responsable puede asumir una posición de negación que descarta la evidencia científica y los esfuerzos multilaterales para resolver uno de los principales problemas del mundo.

Más que nunca, corresponde a todos los ciudadanos, líderes morales, sociedad civil organizada y empresas de vanguardia impulsar cambios de comportamiento, como la adopción de fuentes de energía limpia, la promoción de la eficiencia tecnológica y la buena gestión ambiental, para superar el callejón sin salida que el Sr. Trump ha traído al mundo.

Piensa globalmente actua localmente. La responsabilidad de salvar el planeta es de cada uno de nosotros.

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